miércoles, 8 de junio de 2011

Mercado Central

Mi desviación profesional sistémica me hizo ponerme a jugar con los filtros de la renovada página de Guía Oleo. Más allá de algún aspecto cuestionable (flojísimo que los filtros que aparecen en la página de resultados no mantengan las condiciones de filtrado de la página previa), en términos generales mejoraron radicalmente la funcionalidad y sobre todo la interfaz que dejaba bastante que desear. El resultado de este juego fue el hallazgo de un lugar en Vicente López del cual no había escuchado hablar jamás y que, por lo que posteriormente vi en la página de restaurante, intuía me podía llegar a interesar.

A pocas cuadras de Capital Federal, este Mercado Central poco tiene que ver con el de Tapiales que alguna vez tuve el agrado de conocer y que nuestro amado ministro de economía nos ha invitado a recorrer en más de una oportunidad. En una coqueta esquina de Zona Norte de una zona bastante residencial, sobresale esta especie de multiespacio formado por un jardín sobre un deck de madera en la entrada lateral con varias mesas y una barra (fui un miércoles y no había barman ni nada, así que presumo deben usarla los fines de semana o cuando el clima acompañe como para quedarse tomando un trago afuera), a modo de antesala a la escalera que conduce al restaurante. Una vez que ingresamos al salón, el mobiliario de madera oscura y el techo pintado en tono terracota hacen que se destaquen todas las antigüedades y muebles reciclados que, al mismo tiempo, se encuentran a la venta publicitados en los distintos pizarrones que completan la decoración del lugar.
Luego de que la esmeradísima moza nos entregó la carta de noche (dado que está abierto todo el día existen además cartas específicas para desayunos y  meriendas y también para el mediodía), me llamó la atención cierta complejidad en las propuestas que no me esperaba encontrar. Algunos ejemplos de esta elaboración se imaginan en entradas como el queso brie tibio sobre crocante de masa filo y salsa dulce de marsalla y los langostinos rebozados en coco con vinagreta de tequila y cilantro y aceite picante de tomate. Y también se extiende a los platos principales, con opciones como el ojo de bife grillado en salsa malbec con mandioca sauteuse, panceta y tuétano de hueso maduro o la pesca del día (en esta ocasión era salmón blanco) con endivias envueltas en queso azul y jamón serrano con tapenade.
De todo este abanico de opciones, elegimos el risotto de hongos de todo tipo con aceite de trufas y la entraña con morcilla en rodajas cocinada vuelta y vuelta a la plancha, salchicha parrillera, salsa criolla asada (más al estilo de vegetales salteados) y reducción de aceto. Ambos platos vinieron muy bien presentados aunque para mi gusto al arroz le faltaba un poco de cocción, mientras que la entraña se perdía un poco entre toda la heterogeneidad del plato. Estos detalles quedaron totalmente compensados con la carta de postres que mantuvo el nivel de creatividad de los pasos anteriores. De todas las opciones más que interesantes (quedará para una próxima oportunidad la panacota de maracuyá), el claro ganador de la carta fue la degustación de creme brulee, compuesta por tres variantes: lavanda, chocolate blanco y cardamomo y jengibre y miel. Las tres muy sabrosas y originales aunque un tanto frías de heladera. Un golpe de horno nos les hubiera venido nada mal para al menos entibiarlas un poco. Como para rematar, hasta el café de El Bohio fue una grata sorpresa que hasta ellos mismos comercializan (como tantos otros productos exhibidos) a $130 el kilo.
Un punto mejorable es la carta de vinos con ofertas variadas de unas pocas bodegas clásicas (Escorihuela Gascón, Fin del Mundo y Catena Zapata entre no muchas más). Lo destacable es que presentan varias opciones de 375 ml, como fue el caso del Postales Malbec que pedimos ($27).
Se nota el profesionalismo de las personas que están detrás de este emprendimiento que cuenta apenas con un año de antigüedad y que invita a volver con ganas (más desde el punto de vista económico, donde la cena no supera los $90 por persona) a seguir degustando y probando distintas creaciones y quién te dice, no me termino llevando una mesada de almacén para la cocina de casa.
Mercado Central
Av. San Martín 898, Vicente López
Teléfono: (011) 4791-7168

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