miércoles, 10 de agosto de 2011

Café Rivas

Una noche de viernes de Julio cualquiera, inundados por el misticismo de época que nos abordó luego de una visita guiada al Palacio Barolo (un edificio increíble ubicado a mitad de camino entre el Congreso y la Casa Rosada y que ofrece una vista espectacular de la Plaza de Mayo de noche), decidimos que el mejor destino para continuar nuestra aventura era San Telmo. Luego de unas cuantas vueltas sin rumbo fijo y un tanto hastiados de las ofertas del estilo “cena + show de tango”, cuando estábamos al borde de darnos por vencidos, recaímos en la esquina de Estados Unidos y Balcarce, donde nos llamó la atención la calidez de la iluminación y el estilo que se podía apreciar de este pequeño (a mi gusto mal llamado) café.
Inaugurado hace apenas un año, Café Rivas combina un pequeño restaurante en su planta baja con un café concert ubicado en el primer piso. No tuvimos la oportunidad de conocer “Arriba de Rivas” (nombre original del café concert) donde según pudimos averiguar se presentan ocasionalmente artistas de la talla de Rita Cortese. Afortunadamente, parte del espíritu artístico permea al restaurante en donde desde el momento en el que uno ingresa al local se siente, como el personaje de Owen Wilson en Medianoche en París, transportado a la París de los años 20. Esta atmósfera se percibe en cada detalle de la ambientación del salón donde predomina la madera y los tonos pasteles que le aportan calidez durante el día e intimidad durante la noche. Sin lugar a dudas, el mejor para apreciar todo esto es desde las pocas mesas ubicadas en el balcón del entre piso, donde también se ubica la banda que nos acompañó con su jazz y blues durante toda la velada.
Una vez situados en nuestra ubicación privilegiada, nos dejamos llevar por la amabilidad de un servicio casi perfecto, colmado de pequeños detalles: mantelería y vajilla de primera calidad, panera con buena variedad de panes con queso saborizado para acompañar, aperitivo a base de Campari y naranja y entrada de cortesía mientras se espera la comida. Todo supervisado por un mozo que, a pesar de su evidente juventud, mostraba más atención de la que uno hubiera esperado (sobre todo considerando la presencia de la escalera que nos separaba de la cocina en la planta baja).
La carta, si bien se presenta corta, posee algunas entradas y tapeos interesantes y varios platos de distintas carnes y pastas. La oferta gastronómica es más bien simple y con opciones en algunos casos más aptas para un menú diurno que para la noche (como es el caso de las milanesas por ejemplo). Sin embargo, a pesar de esto, se nota que la materia prima es de primera calidad y la presentación de los platos enaltece la simpleza de los mismos. Pedimos los ñoquis de papa con queso brie y la sugerencia que nos hizo el mozo: un cordero braseado con salsa de hongos. La carta de vinos, corta al igual que la de platos, presenta bodegas interesantes como Ruca Malen o Weinert. Sin embargo, faltarían opciones más económicas ya que el precio de los vinos termina desentonando mucho con el valor de los platos (pedimos un Weinert Merlot a $80).
Una propuesta muy interesante para disfrutar en cualquier momento del día (abre sus puertas desde las 9:30 AM de manera continuada hasta la noche) con precios que resultan siendo bastante equilibrados (la cuenta termina dando cerca de $90 por persona en efectivo, con un servicio de mesa “simbólico” de $5) y una propuesta artística que se complementa a la perfección con la estética del lugar.

Café Rivas
Estados Unidos 302
Teléfono: 4361-5539

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