lunes, 11 de abril de 2011

Malvón

Los domingos suelen ser días atípicos desde el punto de vista gastronómico. Algún que otro evento siempre hace que, en mi caso, los sábados me acueste bastante tarde y la mañana del domingo prácticamente no exista. Si a eso le sumamos algún dolor de cabeza ocasional por una copita de más, el resultado es que le escape furtivamente al asado familiar y analice otra opción un tanto más relajada y descontracturada.
Con algunas opciones en la cabeza (estaba entre un brunch hecho y derecho como el de Novecento y algo más próximo a un almuerzo como lo es el de Olsen), enfilé para el lado de Palermo. A mitad de camino escuché en la radio una nota que le hacían al dueño de un tal Malvón ubicado en Villa Crespo del cual había leído alguna nota en Planeta Joy (Malvón: nuevo lugar para brunchs, almuerzos y meriendas en Villa Crespo).  Ante esta señal divina, no dudé ni un segundo en ajustar el rumbo para “Palermo Queens” (estamos a nada de que Argentina se pase a llamar Palermo, sépanlo).
Lo primero que me sorprendió fue el crecimiento comercial de la zona, con una amplia oferta de outlets similares a los que se encuentran a unas pocas cuadras sobre la calle Córdoba. Evidentemente este impulso comercial fue el que dejó al descubierto la necesidad de contar con oferta gastronómica para alimentar a los cazadores de ofertas que abundan con sus manos atiborradas de bolsas (se me vinó a la mente la genial propaganda del shopping: ¿Qué nos pasó man?).
Sobre la calle Serrano, se imponen dos grandes toldos que con el omnipresente logo de Central de Café hacen pensar que estamos ante un nuevo emprendimiento de las tantas marcas de café que deciden abrir su propia franquicia. Sin embargo, al adentrarnos en el local, descubrimos un inmenso local montado sobre lo que en otra vida evidentemente fue una casa chorizo. Esta característica le permite ir montando distintos espacios, todos completamente distintos entre sí. Con una especie de almacén y barra incrustadas en el medio de un casa, se nota el esmero en darle un estilo vintage por medio de los innumerables adornos que hacen a la atmósfera tan particular de este lugar. Esta ambientación se vuelve casi marginal en el patio trasero, en donde las lámparas atadas entre sí cual manojo de flores, algún que otro balde con agua de antaño y las paredes un tanto descuidadas hacen que la salubridad pase casi a un segundo plano.
Luego de que el pseudo maitre  / mozo (típico espécimen palermitano, canchero en exceso) nos ubicara y, luego de agitar los brazos un buen rato cual banderillero de aeropuerto ante el evidente olvido de nuestra existencia, otro mozo se apiadó de nosotros y nos alcanzó unas cartas como para apaciguar las aguas. Acá es donde está el punto fuerte de Malvón ya que las opciones para “brunchear” son bastante originales. Se pueden encontrar unos ya clásicos huevos benedictos hasta alternativas más transgresoras como popovers. En mi caso, luego de intentar comprender la explicación de lo que componía el menú (aperitivo de agua saborizada + bebida fría o caliente + plato + guarnición + blueberries pancakes).
Mi elección fue el popover francés, relleno de crema de queso brie, espinacas y hongos que tardó no más de 5 minutos en llegar a la mesa, lo cual me hizo sospechar que esa fuese mi pedido. Sospecha que se incrementó cuando nos sirvieron las guarniciones que se suponía debían ser unas papas rústicas y un mix de vegetales pero que, ante la falta de vegetales, el chef o el mozo decidió que queríamos los dos papas rústicas. Y sospecha que terminé de confirmar cuando probé la comida y estaba helada. Conclusión: seguramente probé el popover de algún otro cliente que terminó esperando más de lo esperado por el suyo. La buena nueva es que luego de reclamar, el siguiente vino a una temperatura correcta y además se notaba que no era el anterior  recalentado.
Mención especial para los blueberries pancakes que, más ayuda de lo ridículamente chicos, en mi caso estaban un tanto gomosos.
Más allá de todo, Malvón no deja de ser una opción interesante a un precio razonable ($70 por persona) para disfrutar probablemente un día no tan concurrido como los domingos, en donde seguramente la atención es mucho más esmerada.
Malvón
Serrano 789
Teléfono: (011) 3971-2018

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