miércoles, 24 de noviembre de 2010

Caseros

Continuando con mi recorrida por San Telmo, esta vez opté por alejarme por la zona más concurrida del barrio y me acerqué más para el lado de Parque Lezama. Es justamente en la última cuadra de la Avenida Caseros, justo antes de que muera en el Parque donde se encuentra un pequeño polo gastronómico (una cuadra sola en realidad, tampoco se vayan a hacer la idea de que se van a encontrar con Las Cañitas bis). Más allá de cualquier prejuicio relacionado con la seguridad de la zona, esta cuadra en particular se presta, a mi entender, para el desarrollo de la restauración (gastronómicamente hablando).
La primer ventaja que le veo a esta cuadra es que no tiene mucho movimiento (por ser la última cuadra antes del Parque Lezama, la mayor parte del tránsito se desvía en la cuadra anterior y los domingos directamente es contramano dado que Defensa es peatonal). Sin embargo, el hecho de que no tenga mucho movimiento no implica que no haya mucha gente en la zona. Durante estos últimos años, muchas empresas que comenzaron a salir del microcentro migraron para este barrio por la conveniencia desde el punto de vista de los alquileres y, al mismo tiempo, su proximidad con el centro porteño (un tercer factor que se puede enumerar es la onda cool que fue adoptando este último tiempo al estilo de Palermo, con oficinas recicladas en viejos conventillos).
Otra ventaja de la zona es el boulevard que recientemente el gobierno porteño construyó en el medio de la Avenida (más que boulevard es un separador de carriles con faroles de estilo colonial que en San Telmo SÍ hacen sentido y no en el medio de Rivadavia a la altura de Liniers donde quedan inadvertidos por la incalculable cantidad de colectivos que circulan por ahí).
Este contexto es el que alberga a los que podemos denominar como los pioneros de la cuadra: Club Social Deluxe, Hierbabuena y Caseros (hay un cuarto lugar, un local pegado a Caseros seguramente mucho más antiguo que estos tres exponentes pero que no entra en los parámetros de un restaurant al ser más de paso). Esta última fue la alternativa elegida, un poco por casualidad y otro poco por destacarse ya desde la puerta por sus amplios ventanales que permiten apreciar lo que, por ahí leí definido, como un bodegón pero chic.
Esta caracterización se evidencia por el amplio salón pintado de blanco (impecable, aunque asumo que también ayudado por la antigüedad menor a un año del lugar), en donde se destacan los distintos elementos reciclados que conforman el local (desde el frente de la cocina decorado con madera a medio lijar y cajones con frutas y verduras hasta las mismas mesas y sillas utilizadas). El acierto de Caseros creo que es el hecho de no abusar de la estética de bodegón moderno que le han definido al local, logrando mantener como atributo principal la simpleza. Esto se evidencia en la vajilla (anticuada y diversa), en los centros de mesa a base de frutas y verduras y en la misma presentación de los platos, donde no se abusa de elementos decorativos sino que el chef pone el foco en lo que realmente importa, la comida.
Antes que nada, debo confesar que por ahora sólo tuve la oportunidad de probar el menú ejecutivo semanal, el cual consta de una entrada, un plato principal, una bebida y café por $40. Como entrada pude degustar las mozzarellas apanadas y las croquetas de papa (las dos bien preparadas, no muy pesadas ni sobrecargadas de aceite). Todas las entradas salen con ensalada verde a modo de acompañamiento.
Como plato principal, probé las milanesitas de ternera con brócolis salteados al huevo (muy buena preparación, se los dice alguien no muy amante del brócoli) y el mero con vegetales grillados (también muy sabroso, sobre todo los vegetales salteados). Para acompañar, mi elección fue la limonada con menta y jengibre, aunque también se puede optar por la alternativa de agua, gaseosa o copa de vino (Fond de Cave). Párrafo aparte para el café Nespresso servido en vaso de vidrio, lo cual me llamó la atención por lo económico del menú, pero que sin lugar a duda le agrega un toque de distinción al servicio, el cual de por sí ya es correctísimo.
Realmente me parece una opción más que válida para todos los oficinistas y bohemios de la zona (en cualquier otro bodegón tradicionalista de la zona se paga más o menos lo mismo por un bife de chorizo con Coca Cola y café generalmente quemado) y definitivamente voy a probar la alternativa de cenar a la carta de noche o cualquier fin de semana al mediodía.
Caseros
Av. Caseros 486
Teléfono: (011) 4307-4729

1 comentario:

  1. Buena pluma Nico, espero visitar en marzo estos lugares tan bien descritos. Un abrazo.
    Hernán Cortés

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