martes, 19 de octubre de 2010

Sudeste

A no confundirse. Este post no trata del famoso restaurant de comida tailandesa de Palermo: Sudestada (que dicho sea de paso es una muy buena alternativa para degustar exquisiteces asiáticas). Se podría decir que Sudeste justamente es todo lo contrario a este coqueto restaurant. Esto se aprecia a simple vista desde su ubicación: una simple casa en el medio de una zona no muy desarrollada, gastronómicamente hablando. Sin embargo, es notable la sensación de calidez que transmite el lugar, lograda desde el momento en el que su dueño nos abre sus puertas. El lugar es notablemente chico (una galería con tres mesas y un salón en donde no había más de 10), lo que permite que la atención recibida sea casi individualizada. La ambientación general es bastante simple lo que permite que se destaquen algunos objetos (ver los rayadores de queso de hierro que usaba mi abuela hicieron que casi se me caiga alguna que otra lágrima) que le dan un estilo muy particular.
La carta presenta un variedad acotada de opciones (prácticamente un plato por tipo de carne más un par de opciones de risottos y pastas). Mi ojo clínico logró dar con el plato que justo no tenían sumado al “plato del día” (me desconcierta un poco cuando pasan estas cosas; si hay menos de 10 opciones en la carta y teniendo en cuenta las dimensiones del lugar, ¿cómo puede ser que acabe?). Finalmente terminé abdicando a mis deseos de comer bondiola de cerdo con puré de manzana y me incliné por unos ravioles de salmón a la manteca negra. También pedimos unos ñoquis de rúcula que venían escondidos bajo una frondosa capa de la misma hortaliza. En el caso de mis ravioles, la combinación de salmón y una manteca bastante concentrada los convirtieron en pequeñas bombas de tiempo que me pasaron factura al día siguiente. No tuve la suerte de probar los ñoquis, aunque a simple vista, una vez atravesado el bosque de rúcula se notaba también una importante cantidad de aceite (no venían a la manteca negra).
A la hora del postre, nos aventuramos por un creme bruleé que terminó con el trabajo devastador que no lograron acometer ni los ravioles ni los ñoquis. Demasiado pesada y en exceso abundante para mí gusto.
En esta ocasión, no acompañamos la cena con ningún vino en particular, pero la carta de vinos se veía bastante acotada (varietales de un par de bodegas), con buenos precios y también algunas botellas adicionales anotadas en las pizarras. Adicionalmente ofrecen servicio de descorche.
Volvería en época de clima más ameno para probar la alternativa de comer en el patio que desde adentro se veía muy bien cuidado. De todas formas, el precio final  (en nuestro caso rondó los $55 por persona) me pareció muy bueno aunque les sugiero fervientemente que vayan con efectivo ya que la zona no parece muy comercial y sería una experiencia por lo menos singular tener que salir a la 1 de la mañana a recorrer la zona en  búsqueda de un cajero.
Sudeste
Av. Tiscornia 962, Bajo de San Isidro
Teléfono: (011) 4742-7694

1 comentario:

  1. Cajero automático tenés en el tren de la costa de San Isidro a unas pocas cuadras.
    Otro lugar para probar en esa zona se llama Obsoleto, está sobre la calle España 1288. Si te vas un poco más hacia Punta Chica, está Le Coq Doré en Vito Dumas 321.

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